Para el seguimiento, se utilizan diferentes indicadores climáticos que evalúan la temperatura del océano pacífico tropical. Uno de los indicadores más populares entre la comunidad científica es el Índice Oceánico de El Niño (ONI, por su sigla en inglés), el cual se calcula como la media móvil trimestral de las anomalías de la temperatura de las aguas superficiales en la región del Pacífico ecuatorial central conocida como Niño 3.4 (localizada entre 120W y 170W y entre 5N y 5S). Este índice es utilizado por diferentes agencias climáticas internacionales para identificar, hacer seguimiento y caracterizar la fortaleza de cualquiera de los extremos del ENOS, bien sea El Niño (evento cálido) o La Niña (evento frío).
A comienzos de 2018 se registraron valores negativos del ONI, los cuales estuvieron asociados con la finalización del evento La Niña 2017-18. En abril, las temperaturas del océano pacífico fueron disminuyendo gradualmente, hasta estabilizarse en la fase neutral del ENSO, la cual se prolongó hasta el trimestre ago-oct, momento en el cual las anomalías superaron el umbral de 0.5°C, considerado en la región Niño 3.4 como el límite de las condiciones normales oceánicas. Es importante anotar, que la temperatura superficial del mar no es la única variable para determinar la consolidación de una las fases del ENSO, ya que este fenómeno abarca un conjunto de variables que reflejan la compleja interrelación y retroalimentación entre la atmósfera y el océano.